Se dice que la Edad Media fue la edad de oro de los torturadores y de la imaginación puesta al servicio de los mismos, desbordándose y agudizándose al máximo, inventando los mejores y más prácticos medios de tortura.
EL POTRO
La víctima era atada a los extremos y después se tiraba de las cuerdas hasta que los miembros se descoyuntaban. Fue utilizado sobre todo en Francia y Alemania, durante los tiempos de la Inquisición.
EL APLASTACABEZAS:
Destinado a comprimir y reventar los huesos del cráneo. La barbilla de la víctima se colocaba en barra inferior, y el casquete era empujado hacia abajo por el tornillo. Los efectos de este artilugio son, en primer lugar, la ruptura de los alveólos dentarios, después las mandíbulas y por último el cerebro se escurre por la cavidad de los ojos y entre los fragmentos del cráneo.
EL TORMENTO DE LA RATA:
Sobresalía por su refinamiento. También fue utilizado por la Inquisición, pero su existencia se conoce desde los tiempos de la antiguo China. Consistía en colocar una rata sobre el abdómen del torturado, encerrada en un jaula abierta por abajo, mientras los verdugos la hacían rabiar con palos ardiendo, de forma que el animal tenía que buscar una salida y a mordiscos abría un túnel en las tripas del condenado, llegando, a veces, a salir por otro lado del cuerpo.
LAS JAULAS COLGANTES:
Hasta finales del Siglo XVIII, en los paisajes urbanos Europeos, era habitual encontrar jaulas de hierro y madera, adosadas al exterior de los edificios municipales, palacios ducales o de justicia, etc. Los reos, desnudos o semidesnudos, eran encerrados en las mismas. Morían de hambre y sed, por el mal tiempo y el frío en invierno; por el calor y las quemaduras solares en verano. A veces, las víctimas habían sido torturados o mutilados como escarmiento. No solo significaban una incomodidad tal que hacían imposible al preso dormir o relajarse, ya que estaban atados a los barrotes de las mismas. A veces se introducían en ellas gatos salvajes, a los que los verdugos azuzaban con varillas al rojo vivo, o se encendían fogatas debajo para abrasar al condenado.
LA DONCELLA DE HIERRO:
Aun había otros artilugios como la doncella de hierro, esos ataúdes que eran piezas de exquisita artesanía por fuera y por dentro. Por fuera por la gran cantidad de grabados y relieves que adornaban su superficie; por dentro, por la espectacular colección de pinchos, dirigidos a puntos concretos del cuerpo, que se iban clavando lentamente sobre el inquilino, a medida que se cerraba la puerta.
Los clavos eran desmontables, con lo que se podían cambiar de lugar, con el fin de poseer un amplio abanico de posibles mutilaciones y heridas que daban lugar a una muerte más o menos lenta.
EL METODO DEL AGUA:
Consistía en hacer tragar al torturado, un mínimo de 10 litros por sesión, ayudándose de un embudo. Además de producir una insoportable sensación de ahogo, el estómago podía llegar a reventar.
LA CABRA:
Este sistema se hizo muy popular en las mazmorras de la Edad Media. Una vez que al torturado se le habían fijado los pies a un cepo, se procedía a untar las plantas con sal o sebo. La cabra atraída por el condimento, comenzaba a lamerlas, y la aspereza de su lengua hacía que atravesara la piel y dejara los pies en carne viva, llegando en ocasiones hasta el hueso.
LA RUEDA:
Era el más común en la Europa germánica. Convertía al preso, completamente inmovilizado, en verdadero material de trabajo, para que el verdugo fuera descoyuntándole o arrancándole miembros a voluntad. Era uno de los suplicios más horrendos de la Edad Media. El condenado, desnudo, era estirado boca arriba en el suelo, o en el patíbulo, con los miembros extendidos al máximo y atados a estacas o anillas de hierro. Bajo las muñecas, codos, rodillas y caderas se colocaban trozos de madera. El verdugo asestaba golpes violentos a la rueda, machacaba todos los huesos y articulaciones, intentando no dar golpes fatales. Despúes era desatado e introducido entre los radios de la gran rueda horizontal al extremo de un poste que después se alzaba. Los cuervos y otros animales arrancaban tiras de carne y vaciaban las cuencas de los ojos de la víctima, hasta que a ésta le llegaba la muerte.
EL GARROTE:
Garrote vil es el nombre con el que se conoce en España al garrote. Se introdujo en nuestro país a raíz del código penal de 1822. En 1832, se suprimió la horca y fue sustituida por el garrote vil, estando vigente desde entonces hasta 1978, como uno de los procedimientos utilizados para administrar la pena capital. Por fortuna, en 1978, se abolió la pena máxima en este país, en virtud de lo que se expresa en nuestra Constitución.
El garrote, además de ser el nombre con el que se conocía un método de muerte, era la denominación que tomó un aparato de tortura, propio de la Inquisición. Este instrumento consistía en una mesa, a la que se le adosaban unos “garrotes” o prensas, que oprimían las piernas de la víctima, por un lado; y los brazos y pecho, por otro. Aplicando presión lentamente en aquellas zonas del cuerpo, se producía un intenso y agudo dolor al provocar el quebranto de los huesos.
LA SIERRA:
Este instrumento de tortura no necesita muchas explicaciones. Sus mártires son abundantes. A consecuencia de la posición invertida del condenado, se asegura suficiente oxigenación al cerebro y se impide la pérdida general de sangre, con lo que la víctima no pierde el conocimiento hasta que la sierra alcanza el ombligo, e incluso el pecho, según relatos del siglo XIX. La Biblia (II Samuel 12:31) hace mención a este tipo de tortura, en la época del Rey David. Este hecho contribuyo a la aceptación de la sierra, el hacha y la hoguera. La sierra se aplicaba a menudo a homosexuales (gays y lesbianas), aunque principalmente a hombres. En España la sierra era un medio de ejecución militar hasta el siglo XVIII. En Cataluña, durante la Guerra de la Independencia (1808-14), los guerrilleros catalanes sometieron a decenas de oficiales enemigos a la sierra. En la Alemania luterana la sierra esperaba a los cabecillas campesinos rebeldes, y en Francia a las brujas preñadas por Satanás.
LA CUNA DE JUDAS:
El reo era atado e izado y una vez estaba elevado se le soltaba dejándolo caer sobre una pirámide haciendo que, con su propio peso, se clavara la punta de la misma en el ano, la vagina, el escroto, etc. Esta maniobra se realizaba varias veces. Se utilizaba practicamente para hacer confesar al condenado.
LA CIGUEÑA:
El sistema de la cigueña, a parte de inmovilizar a la víctima, al poco rato ésta sufre unos fuertes calamabres en los músculos rectales y abdominales, y poco a poco se van extendiendo por el resto del cuerpo. Al cabo de las horas producen un dolor muy intenso sobre todo en el recto. Además el reo era pateado y golpeado, e incluso en ocasiones llegaba a ser quemado y mutilado.
EL PENDULO:
Solía ser la antesala de posteriores torturas. Su función consistía básicamente en la dislocación de los hombros doblando los brazos hacía atrás y después hacia arriba. La víctima atada de manos en la espalda era izada por las mismas. Para provocar un mayor sufrimiento se le colocaban en los pies una pesas.
LAS GARRAS DE GATO:
Consistía en arrancar al prisionero la carne a tiras, llegándole a arrancar de los huesos.
Eran utilizadas a modos de rastrillo. Y poducían heridas y desgarros atroces.
LA PERA:
Estos instrumentos se usaban en formatos orales y rectales. Se colocaban en la boca, recto o vagina de la víctima, y allí se desplegaban por medio de un tornillo hasta su máxima apertura. El interior de la cavidad quedaba dañado irremediablemente.Las puntas que sobresalen del extremo de cada segmento servían para desgarrar mejor el fondo de la garganta, del recto o de la cerviz del útero. La pera oral normalmente se aplicaba a los predicadores heréticos, pero también a seglares reos de tendencia antiortodoxas. La pera vaginal, en cambio, estaba destinada a las mujeres culpables de tener relaciones con Satanás o con uno de sus familiares, y la rectal a los homosexuales.
EL CALZADO:
El borceguí era el tipo de calzado más popular del siglo XV, cubría el tobillo y era abierto por su parte delantera y se ataba con correas o cordones. Pues bien, en este período se popularizó un método de tortura que se denominó con el nombre del calzado, puesto que consistía en apretar el tobillo de la víctima por medio de varias maderas enlazadas por unas correas o gatos de hierro, para administrar presión, hasta quebrantar los huesos.
GOTA A GOTA:
El prisionero era enjaulado y se le inmovilizaba la cabeza. Mediante un sistema de goteo se le vertía agua en la cabeza gota a gota hasta que se producía locura. Incluso el agua llegaba a perforar hasta el cerebro.
pero habrá acabado ese tiempo en que solo sabían hacernos entender a golpes??
seremos mas civilizados???
BULLYNG
Con el regreso a clases sale a relucir el tema del acoso que ahora se ha popularizado con el nombre de bullying. Sin embargo, aunque nuestra atención se focalice a las situaciones escolares, el hostigamiento puede verse en diferentes circunstancias de la vida cotidiana. Tanto niños como adultos pueden ser víctimas de esas prácticas donde se produce maltrato psicológico, verbal o físico.
Por motivos de consulta he escuchado muchas historias de tortura sistemática y metódica, que puede ser explícita (porque se ve la acción) o silenciosa, marcándose esta última en algunas ocasiones con la indiferencia o la exclusión. Los acosadores de oficio pueden hacer "su trabajo" solos o en complicidad con un grupo de seguidores. Últimamente la agresión ha tomado matices cibernéticos: se hace con intensidad a través de las redes sociales. Basta leer en foros algunos comentarios para entender la intolerancia y acoso a otros pareceres o seres, o ver páginas de Facebook donde se expone al escarnio público la vida de otros, etiquetados por supuesto para que toda la bolita del mundo y los cinco continentes se enteren.
Este hostigamiento es una forma de violencia y no excluye géneros, edades, tipos de trabajo o actividad. Se puede dar en cualquier lugar: en nuestra misma casa o fuera de ella, en nuestro espacio vital o en el cibermundo. Este terrorismo está caracterizado por el temor que desarrolla la víctima al poder que ejerce su victimario. Este miedo puede estar basado en acciones reales o percibidas que afectan a la persona objeto del bullying. La persona hostigada queda expuesta emocional y hasta físicamente ante el maltratador.
El objetivo del acosador es someter, reducir, apocar y aplanar a la "presa" seleccionada para mostrar su poder. Las víctimas pueden ser escogidas por diferentes razones: porque sobresalen, porque tienen alguna condición física, porque son diferentes, por raza, religión, creencias o tendencias.
Muchas de las acciones llevadas a cabo por el victimario y su grupete de seguidores buscan la ridiculización, el menosprecio social (donde se presenta una imagen distorsionada del martirizado), la coerción (para someter la voluntad), la exclusión grupal (aislándolo e impidiendo su expresión), el amedrentamiento y la amenaza a la integridad.
Puedo recordar perfectamente que fui víctima de acoso en muchas ocasiones escolares porque era muy tímida, siempre fui la más pequeña del salón, tenía el cabello muy crespo y además era gordita... el objetivo perfecto para ser un puchinbol*. Hace poco le escuché a una joven que tenía que demostrar su tecnicismo en el trabajo pues su jefe le decía que "era una lástima que fuese mujer" y continuamente le daba actividades especiales para ridiculizarla en público. Algunos políticos, tiranos y gobernantes hacen acoso a las personas que no siguen sus "verdades" o simplemente son diferentes como en los casos de Hitler, Castro o Mussolini. Las madrastras de Blanca Nieves y Cenicienta, en cualquiera de sus versiones, eran malvadísimas y acosadoras. Se leen casos de guerrilla doméstica de todo tipo (esposos, padres, hijos) en los países del tercer mundo y en los industrializados. En Ottawa – Canadá un joven se suicidó porque era gay y sus compañeros de aula lo comenzaron a hostigar por Facebook. Hace poco Demi Lovato, la cantante, comentaba que había personas que la acosaban diciéndole cosas horribles a través de Twitter y además fue víctima de bullying mientras estuvo en la escuela. Así como estos pocos ejemplos puede haber millones de casos imaginables e inimaginables.
¿Es una historia tan vieja como nuestra existencia? ¿Es parte de nuestra naturaleza? No lo sé a ciencia cierta. Lo importante es darse cuenta de nuestras conductas y las de nuestros seres queridos para proceder antes de que se produzcan daños en la auto-estima y salud físico-mental del acosado. En el caso del agresor, si se le prende el foco y se da cuenta, podría explorar si lo hace por influencia del medio ambiente (televisión, amigos, tendencias), si es una conducta aprendida en su entorno familiar o si es la manera como resuelve sus conflictos personales.
Aquí no vale ser redentor... No trate de hacer este trabajo usted solo mi estimado lector, busque ayuda si hay una situación de tortura moderna en su vida. La intervención para solventar el acoso es multidisciplinaria y requiere de expertos. Puede ser peor el remedio que la enfermedad si actúa solo y sin experiencia en el tema.
or supuesto que la vileza moral de los ciudadanos no procede exclusivamente del hecho de que toleren la tortura. Suele serle anterior. La ética de quienes hurtan la vista a la existencia de la tortura, fingiendo ignorarla, arrastra casi siempre muchas otras renuncias previas. Pero su complicidad añadida en este capítulo ahonda su vileza. La hace más irreversible.
ResponderEliminarla tortura es errónea incluso si salvara vidas de millones de personas. Los fines no justifican los medios. Si el precio de la vida es que nos volvamos monstruos, entonces habrá que pagar ese precio.
Eliminares verdad que no todos somos buenos ciudadanos y algunos nisiquiera llegamos a buenos pero no somos animales para aprender a golpes, es mas nisiquiera creo que ellos aprendan asii ai que civilizarnos mas, pensar!!!! que no se supone que somos los mas inteligentes, por que con esto acabo de ver que somos bestias absolutas...
ResponderEliminarbuen trabajo y presentacion me agrado mucho
tienes razon ai que pensar antes de actuAR y no ser bestias sin razon ni logic
Eliminaryo creo que no es acpetable pro que nadie debe tomar justicia por su propia mano ni agredir a las personas auqneu se lo merecan dice el dicho "no hagas lo que no quieres que te hagan a ti"
ResponderEliminarSI LA JUSTICIA POR CUENTA PROPIA NO TIENE RAZON DE SER ES MEJOR QUE ESTO LO SRREGLEN LOS QUE DEBEN
Eliminar